Hacia mucho tiempo que no me terminaba un libro. Demasiado tiempo. Hoy por fin lo he hecho. Entre Madrid y Düsseldorf. Diario de Invierno de Paul Auster. Me ha costado mucho. Se me ha hecho largo y me ha hecho difícil eso, otras veces tan sencillo, de encontrar un hueco para leer. Hoy, sin embargo, al haber terminado con sus infinitas reflexiones sobre la vida y la muerte, las inacabables residencias por las que ha pasado y sus en ocasiones cargantes referencias a una falsa conciencia de clase (viniendo de quien viene y en su estado actual), creo que al menos he sido capaz de extraer una conclusión. Es el libro que me gustaría escribir. El tipo de libro que, si no eres escritor, ni tienes talento para serlo, te permite ajustar cuentas con tus familiares, amigos, novias, trabajos, allegados, compañeros de trabajo y putadas varias (que te han hecho y que tu – sin duda - has hecho) y, con todo ello, expiar todo lo que en ti necesite de cierta limpieza o tal vez una mayor reflexión. Me