Speechless
Sinceramente no hay palabras para describir a este hombre. Reconvertido desde hace años en una suerte de parque temático del rock and roll para toda la familia, se las apaña para que neofitos, clásicos, jovenes, viejos y aquellos que le conocen de siempre salgan todos satisfechos. Se las arregla para que las caras de todos los que alli se encuentran dibujen una espectacular sonrisa y que prácticamente nadie salga decepcionado después de su derroche de 3 horas y cuarto de concierto... a los 74 años. Es simplemente inenarrable.
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