Rival Sons - Madrid


Una entrada de esas que te compras a ver si suena la flauta. No soy el mayor fan, pero creo que me sentia mal comprando entradas para conciertos de verano donde casi nadie baja de los 60. Rival Sons me gustan. Corte zeppeliniano clásico. Puñado de canciones potentísimas. Vozarrón aparentemente descomunal. De esos grupos que tienes que apreciar si o si ... a pesar de esas sombras de copiotas que pueblan casi cada crítica que lees sobre ellos.

El concierto empieza y las primeras sensaciones reconozco que no son buenas. Huelen a rokeros de diseño. Modernillos del revival. El moñito del cantante. El guitar-hero de turno con el sombrerito de moda. Un batería animal empeñado en hacerse notar bajo el logo del grupo. Tampoco ayuda que estoy en un lateral de la Riviera cerca de los bafles. Me rechinan hasta los dientes.

Todo lo que dicen parece ser verdad. Vozarrón a lo Paul Rodgers con tremendo eco. Constante abuso de los woooows y waaaaaws con el tipo colorado mientras invita al coreo constante. La voz ni le tiembla, eso si. Riffs que recuerdan a Free, a Zeppelin, a Sabbath. Uno detras de otro. Batería leñador que zumba a lo bestia y que mucho me temo se acelera de más en algún tema. Parezco crítico, pero no. Las canciones pasan y es inevitable una sonrisilla. Tanto riff, tanto wooow, y tanta hostia a la bateria parece funcionar. Lo mismo piensa una audiencia enardecida que disfruta de verdad y que creo que les emociona de manera genuina. Electric Man. Nobody Wants to Die. Mirrors. Los hits se suceden.

Cambio de posición. Más centrado. Acierto. Ya no me rechinan los dientes, aunque estoy un poco más lejos. Los solos se entienden. Los tipos evidentemente están disfrutando. Y siguen con sus pelotazos made in Page-Plant. Alguna balada. Una cancion para los niños de Gaza. Agradecimiento por estar ahi y prestarles atencion. Hora y media larguilla, creo. Buena noche.

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