A vueltas con PJ

 


Uno de los episodios mas graciosos de estas Navidades ocurrió durante la cena de Nochebuena. 

Todo transcurría con la usual conversación insustancial y, vete a saber porque, acabó derivando hacia una más de nuestras típicas y muy desiguales disquisiciones familio-musicales. Nada muy extraño en casa de los hermanos Waits, por otra parte. 

Parece que PJ Harvey va a Madrid este verano, dice mi hermano. Me encanta, ya lo sabes, pero no iría a verla con lo que hace ahora. Es que ni de coña me gasto 50 pavos. Los dos hermanos Waits se miran y se parten el pecho. ¿He dicho algo inconveniente?. ¿Es que están en desacuerdo?. No. Nada de eso. Parece que tres entradas para PJ Harvey están marchando hacia casa en lo que será tu regalo de Navidad de 2023. 

Un poco de tierra trágame y todo eso. Muy yo. 

Al final, siendo sincero, no es que no me apetezca verla. Es que realmente creo que no queda mucho de aquella bestia que firmó, para mi, uno de los mejores discos de los 90. Por supuesto, y por si hay dudas, me refiero a To Bring You My Love. 

Y vale, puede ser que me gustaran Uh Huh Her, Desire, Stories from the City o Let England Shake ... pero lo cierto es que pienso que esta mujer NUNCA volvió a alcanzar el nivel que tuvo en Dry, Rid of Me y, lo siento otra vez, To Bring you My Love. 

Discos repletos de rabia, de actitud, de oscuridad copiada mil veces por sus mil imitadoras. PJ, hija de Dorset, representó mejor que nadie la música de vagina furiosa que tan bien definió el Popular1 en una de sus portadas. Años de Babes in Toyland, de Sonic Youth y de L7. 

PJ era la sublimacion de Kim Gordon, Kat Bjelland y Donita Sparks en una especie de extraña creación puramente británica que escupía sobre lo que representaban los engreídos de Oasis, Blur, Inspiral Carpets, Charlatans, Ride, Mansun y demas. Por lo general, vacíos poseedores de flequillos genuinamente brit cuya aportación a la música de aquellos años podían reducirse a la adición de volumen y cierta distorsión a lo que ya vino de esas mismas islas 20 o 30 años antes. 

PJ era autentica, oscura, real, rabiosa y sobre todo creíble. Mucho mas que ver con the other side of the pond que con sus aburridos amigos de UK. 

Lo increíble, lo inexplicable vino cuando la influencia y la heroína de Nick Cave obró lo que puede entenderse como un milagro inverso. A medida que PJ se hacía más cercana a los Bad Seeds, a Josh Homme, a las famosas Desert Sessions, a Kyuss o a todo el stoner; su interés por esa misma música empezó a decaer en degresión casi aritmética. 

El primer patinazo, in my very modest opinion, vino en el famosísimo Stories from the City Stories from the Sea. ¿El tipo de Radioead?. ¿Really?. Se tendría que haber codeado con la realeza de Seattle. Con lo que venía del Stoner. Desde ahí. Todo fue hacia abajo. Uh Huh Her es la excepcion. Hay chicha ahí. Lo demás, discos en los que busca una absurda identidad británica que deja de lado su enorme potencial. 

La vemos vestida de blanco. Con arpas en ristre. Inacabables temas sin ápice de la antigua mordiente. Shows aburridos hasta el bostezo. Una suerte de Lady of Shalott con guitarra eléctrica que se empecina en la crítica a sus políticos o en pasadas azañas y desventuras puramente locales. Lejos. Lejisimos del lugar al que se dirigia en aquellos primeros noventa. .

Y si, no puedo negar que Let England Shake y The Six Demolition Project son buenos discos. Lo son, full stop. Aún así, están a millones de millas away de Dry. Trillones de To Bring You my Love. Incluso de Desire. Nos tenemos que conformar con discos tediosos hasta la extenuacion como White Chalk o el ultimo y casi irritante I inside the Old Year Dying. Irreconocibles en la que un dia fue y hoy, sin embargo, ya no es.

Así que si, queridos brothers and sisters, estoy encantado de poderla ver en directo por fin. Pero no puedo negar que a la vez estoy completamente resignado. No creo que dedique ni 5 minutos a los guitarrazos imposibles de John Parish. No veo Sheela-Na-Gig o Rub 'til it Bleeds en el repertorio de este verano. Más bien preveo traje blanco, arpa y corona de laurel en su muy británica frente. 

Un coñazo, vamos.

Comentarios

Anónimo ha dicho que…
De acuerdo con lo de que "To Bring You My Love" es su obra maestra, pero "Stories…" me parece un discazo. De todos modos, a partir de él ya no he seguido la carrera de Harvey.

Un abrazo, J.
J Aybar ha dicho que…
Algun bostezo te has ahorrado. Sobre Stories .. es mas bien un tema personal. No esperaba ese disco en ese momento. Aunque a ella le fuera mejor que ningun otro ....