The Cult (I)
Dreamtime y Love son discos maravillosos. No hay duda alguna. Pero al indio sioux de Cheshire y a su amigo el emperador de la white falcon, el nuevo embalaje les sentó de maravilla. Es como si les hubiesen soltado las cinchas y con ellos, se marcaron una colección de temas que no dan respiro y que no tienen un momento de bajón en todo el disco. Ni sombra de goth-rock oiga. Todo rodeado de solacos de guitarra de esos que tiran de espaldas, de baby baby babies, de yeah yeah yeahs y de aullidos made in Astbury. Una definición pura del rock que más me gusta y con el que más me identifico. Y si, puede que Astbury no sea mas que un remedo de Morrison (¡anda que no lo hizo de cine en aquellos Doors del siglo 21!). También puede que Duffy no sea sinó un posturitas que repite los mismos solos noche tras noche. Pero ... es que cuando tienes estos solos, eso es un regalo para la humanidad.
Da igual si nos referimos a la sobada, pero genial, Love Removal Machine. A la hoy comercial Lil' Devil. Al solo bestial de Aphrodisiac Jacket. Al de Peace Dog. Al riff de entrada de King Contrary Man. Al inicio del disco con, de nuevo, ese inmortal riff the Wild Flower. A la iggypopera Outlaw. A la doorsera Memphis Hip Shake. A la version de Born to be Wild. ¡Qué material!.
Hay quien prefiere Sonic Temple. Tampoco seré yo quien le ponga pegas. Aún así sinceramente creo que aqui esta casi todo. Quiza más organico. Menos G'n'R sleazy. Más cercano. Más ellos. Que en el fondo es lo que debe ser cuando estas ante una de las mejores bandas de rock de la historia del rock. No, no me hagais elegir entre The Cult y ningún dios de los 70. Me quedo con la pareja peor avenida de todo UK y sus bandazos estilísticos. Baby baby baby!.
Comentarios
Un abrazo.