Genesis (I)

Tres días llevo con esta obra magna. Disco al que vuelvo constantemente y que no sólo me parece lo mejor de su discografía sinó un indicador de una época en la que los discos aspiraban a ser obras de arte. Una época en la que los músicos buceaban en sus propios límites, en sus capacidades creativas y en la que indefectiblemente surgían tensiones que difícilmente podremos ver en nuestros días. 

The Lamb lies down on Broadway (1974) es un disco imprescindible. Una muestra de genio incomparable en la que cinco pilares de la historia de la música popular coinciden en tiempo y lugar y elaboran una pieza compleja, inspiradora y repleta de recovecos en los que conviene introducirse con cuidado. No importa si lo tuyo es Johnny Cash.

No hace falta insistir en lo mil veces mencionado. Obra conceptual. La historia de Rael y su extraño y onírico viaje repleto de extraños encuentros musicado de manera inteligente, difícil y no apta para cualquier oído. Genesis venía de Selling england by the Pound. Un gran éxito y un disco accesible en comparación con Trespass o Foxtrot. Aquí deciden dar una vuelta de tuerca y lo hacen, en parte, debido a sus propias desavenencias. 

Es interesante leer por ahi que Banks y Rutherford se las tuvieron muy tiesas con Peter antes de aceptar el concepto, la historia y la dirección que debía tomar el disco. Un Gabriel medio ausente de las grabaciones suele llevarse toda la gloria en frases como "la última muestra de genio en la banda". "El último gran disco de Genesis antes de que Peter les abandonara". Ya se sabe, el maquiavélico cerebro popero de Phil aguardaba en la sombra. Nada de eso parece ser muy cierto atendiendo a unos créditos en los que el tándem Rutherford - Banks firma algunos de los más brillantes momentos del disco sin ningún tipo de dudas.

Y si de momentos brillantes se trata, la obra está repleto de ellos. Adoro Fly on the Windshield con esa maravillosa guitarra de Hackett. Adoro The Chamber of 32 Doors con el fantastico inicio de Rutherford y esa forma alucinante de cantar de Gabriel ("I'm so alone with my fears"). Anyway con, de nuevo, esa maravillosa entrada de Hackett. La complejidad de In the Cage mantenida hasta las últimas salidas a la carretera de la banda. La bella intro de Silent Sorrow in Empty Boats. El momento pop de Counting Out Time. Y si, también adoro el improbable single que fue Carpet Crawlers y su ininteligible letra. Música de otro planeta por una banda que en su mejor momento miraba de tu a tu a cualquier otro monstruo creativo que se os venga a la cabeza. 

Por supuesto era impensable en aquel 1974 cual iba a ser el destino de la banda. La deriva comercial. El abandono del sinfonismo. De los melotrones. De las historias imposibles que venían de mentes diferentes. No tengo nada en contra de esos otros Genesis y hablaré de ellos, pero esto es simplemente incomparable. Un disco para la historia que perdurará pese a los muchos detractores que por el motivo que sea este grupo se ha ido granjeando a lo largo del tiempo. Casi 50 años han pasado desde que Gabriel dijese eso de I need someone to believe in, someone to trust y, para mí, sigue significando algo.



 

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