Argentina, 1985 ... Envidia


Un Darin, tan efectivo como siempre, da vida a un fiscal de vuelta de todo al que le entregan el marrón de dirigir la acusación a la cúpula militar argentina tan sólo unos pocos años después de la reinstauración de la democracia en Argentina. La película vuela sobre la relación del grupo de jóvenes e inexpertos abogados que colaboraron con él y como su entorno familiar sobrevivió al proceso con todo tipo de presiones. Strassera, el fiscal, es reflejado como un héroe obvio que lidia con la situación con valor y distancia. También con cierto escepticismo. Las declaraciones de los represaliados durante el juicio son sin duda el clímax de la película. Se omiten referencias a la ley de punto final del Alfonsin o a los indultos de Menem. La película mantiene la tensión. Los acompañantes de Darín están perfectos. Un 10 para ese Ocampos. Obligatoria de ver para cualquier joven descerebrado.

Como español, sólo me queda una sensación de envidia sana. Tal vez de rabia. Aqui nunca sentamos a nadie en ningun juicio. La memoria se reduce a discutir si cambiamos nombres a calles o desenterramos a los muertos. No recuerdo a nadie siendo condenado por 40 años de usurpacion de un poder otorgado a otros por el pueblo. Así, seguimos teniendo que aguantar ciertas cosas como si fueran admisibles, aceptables o incluso legales. Somos campechanos. A veces también gilipollas. El estúpido axioma que todos hemos escuchado tantas veces, "Con Franco esábamos mejor", debería tener multa. Los que creen que la supuesta paz, las carreteras o los pantanos justifican algo, deberían ir a clases de historia. Los que votan a los sucesores de aquellos que oprimieron, encarcelaron o asesinaron en nombre de no se que religion o patriotismo deberían buscar quien les cuente la otra cara de la moneda. No es una cuestion de banderas, ni de toros, ni de catalanes, ni de la ETA. Tampoco de quien tiene más glóbulos rojos patrios. Es sólo justicia.  

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