The Black Keys

Demasiado crudos en sus inicios. Demasiado boggie-stoner-Tony-Manero-style en los tiempos presentes. Rubber Factory (2004) me parece su equilibrio perfecto. Le hemos estado dando una vuelta en los últimos días.

Dan Auerbach es hoy un reputado productor, con una carrera en solitario y un sonido capaz de endurecerse o de hacerse extremadamente pop según le apetezca. Patrick Carney - que como todo el mundo sabe emparenta con Ralph Carney y con Tom Waits por ende - es un fantástico batería en la onda de Meg White y otros baterías de bandas minimalistas de principios de los 00s. ambos forman un dúo compensado. Purista en sus inicios. Mucho más ecléctico en tiempos actuales.

Antes de ser criaturas reconocidas y famosas, grababan en su pueblo y tenían problemas para sacar sus discos adelante. Rubber Factory es su tercer elepé y factura ese equilibrio entre el arrastrado deep blues-rock sin concesiones que tanto parecía gustarles - When the lights go out, Grown so ugly, Aeroplane Blues, Till I Get my Way, Stack Shot Billy - piezas llenas de groove que parecen acercarles a lo que será su sonido posterior - Girl is on my mind, 10 AM Automatic - o canciones que suenan a lo que el propio Auerbach ofrecerá en solitario en su segundo disco como The Lengths. 

El disco, pese a las restricciones del dúo bajo / guitarra - nunca aburre, nunca suena repetitivo y por el contrario, constantemente sorprende ante la cantidad de sonidos que el amigo Dan es capaz de extraer de su pedalera. Siempre me pareció fantástico.

Hoy hay una especie de fiebre anti-Black Keys. El típico movimiento de los que se hacen un poco demasiado conocidos. De esos que ya no son tu secreto. Pero sinceramente creo que mantienen el tipo .... aunque sus decisiones ya no sean siempre acertadas. En cualquier caso, si optáis for Rubber Factory, garantizo que no pincharéis.


 

Comentarios