Godspeed Mark!



Sweet Oblivion, Vitalogy, Congregation y Without a Sound. Screaming Trees, Pearl Jam, Afghan Whigs y Dinosaur Jr. Esa fue la compra del día en una tienda de discos de Jardín de la Reina en Granada en un lejano dia de 1995. Pequeña. No duró mucho. Ni siquiera recuerdo el nombre. Fue mi primer Lanegan. A él llegué por Cesar Martin - como siempre - y por la banda sonora de Singles donde Nearly Lost You brillaba entre muchas otras gemas de la época. Caí rendido a los pies de Mark y sus chicos inmediatamente. Mi Seattle favorito. Luego llegó Whiskey for the Holy Ghost, vinilo que compré en Melgamusic. Un clásico del disquerío granaíno que creo que también ha desaparecido. Aquello era otro Mark. Más intenso. Más oscuro. Con un J Mascis tocando de otra manera. Menos adictivo. Necesitaba mas poso. Hoy, una obra maestra en mi colección. Desde ahí llegaron Uncle Anesthesia - regalo de cumpleaños del gran Arthur -, Dust comprado en Londres durante unas vacaciones, la Antologia de los SST Years cortesía de my brother y varias joyas de sus discografía en solitario. Muchas colaboraciones de diverso pelaje. Con QOTSA, con Isobel Campbell, con los Soulsavers, con Dulli, con Neko Case, co Duke Garwood. Con todo, Lanegan me ha acompañado los últimos 30 años de mi vida. Siempre con su distante aura de junkie dificil. Una especie de alma solitaria bendecida con una voz de otro mundo. Esa voz que me dejo petrificado la primera vez que le vi solo en directo. Fue en la Joy en Madrid. Al empezar el concierto lo único que se escuchaba era un murmullo que iba in crescendo. ¡Ése es él! - me dijo mi hermano. Y efectivamente lo era. Como si se acercase un vagón de tren. El murmullo subía y subía hasta que When your Number isn't Up empezaba a sonar y a llenarla sala. El cuerpo te daba un vuelco. Y si, es cierto que le perdí el interés en los ultimos años. Demasiada electrónica entrando en los temas. Falta de esencia de lo que para mí era el auténtico Mark Lanegan. Aún así estaban los discos de versiones y las joyas que aqui y alla se iban colando en discos de terceros. Una inabarcable coleccion de temas que ayudaban al lucimiento de sus anfitriones y entiendo aque también colaboraban a mantener los ritmos que Lanegan necesitaba. Sin duda es una pena saber que no lo tendremos más sobre un escenario. Una pena que como Staley, Cobain, Hoon, Weiland o Cornell (¿de verdad alguien siguen pensando que aquella gente iba de farol?) ya no veremos las esencias de su genio fluir en los surcos de un vinilo. En cualquier caso fueron sus vidas y el modo en que ellos decidieron vivirlas. Una vez más y ante la terrible noticia de la muerte de Mark, sólo tengo agradecimiento para una generación muy concreta de músicos que lo fueron todo para mí y que desafortunadamente nos van abandonando antes de lo que sería deseable. Godspeed Mark.

There is no morphine, I'm only sleeping
There is no crime to dreams like this
And if you could take something with you
It would be bright
Just like something good
One day a ship comes in
One hundred days you wait for it

Comentarios

Jim Garry ha dicho que…
Bonito texto as usual. Grandes recuerdos asociados a una época que no volverá. Esas tiendas de discos que ya no existen y todos esos cantanes de los noventa que han desaparecido.

Sex, love and rock´n soul
J Aybar ha dicho que…
Aun nos queda alguno ... pero poquitos