No Nukes, desde El Albaycin


La carrera del único y auténtico rey del rock de este país se encuentra trufada de momentos memorables. Desde sus inicios en los últimos 60 hasta el celebérrimo Rock and Ríos, Miguel siempre ha sido pionero en muchas de las cosas que ha hecho demostrándole a este país que si había esperanza. Que se podían hacer cosas. Que un tipo del Albaycin podia ser una estrella del rock. 

El bendito Spotify te permite hoy entrar en sus discos de los 70 y disfrutar de Memorias de un Ser Humano, La Huerta Atomica o Los viejos rockeros nunca mueren para descubrir a un tipo que ha sido la bandera del rock en este país por mucho mucho tiempo. A riesgo de quemarme en la hoguera, retaría a quien fuese a encontrar esas docenas de referencias, versiones y riffs de mil ídolos del mejor rock 70s en cualquiera de esos discos. El Miguel más auténtico y poderoso. Ese que nos daba su fuerza para bacilar antes de adentrarse en terrenos más estándar y resbaladizos como ese rock hispanoamericano que le atraerá y en muchos casos absorberá desde finales de los 80 y gran parte de los 90. 

Aún así, siempre es de recibo darle al Cesar lo que es del Cesar. Y si, hoy todo el mundo celebra la edición del No Nukes de Springsteen ... yo quiero celebrar el No Nukes granaíno y albaycinero por excelencia. Miguel era una auténtica fiera roquera entre esos finales de los setenta y los primeros ochenta. No tengo que recordar nada a nadie. Nueva Ola, Banzai, Un caballo llamado muerte, Lua lua lua, Rocanrol Bumerang. Imbatible. Entre todas esas cosas, Miguel también se ocupó de la polémica antinuclear en aquel lejano 1983. Con ese característico vozarrón arábigo-andaluz sacó la atómica Antinuclear como cara B de la preciosa No estas sola. Ambas incluidas en El rock de una noche de verano. Y bueno, puedo aceptar que no sea su canción más inspirada. También puede ser que en sus filas no estuviesen ni Clarence Clemons, ni Roy Bittan ni Danny Frederici. Pero, a pesar de todo eso, la canción es pura dinamita Ríos. Voz a máximo nivel. Esa que Tom Dowd decía que le salía del pecho y no de la garganta. Con unas guitarras que parecen sacadas de cualquier disco de Scorpions en manos del inefable John Parsons. Tipo que tantas alegrías dio al bueno de Miguel. Y, como no, con un compromiso fuera de toda duda. Estos rojos ...  

Personalmente no tengo tan claro eso de estar en contra de este tipo de energías (lo siento, es la formación científica) pero, en cualquier caso y si se trata de Mr Mike Rivers,  me declaro caminante de senderos desolados, voluntario de la paz y, ante todo, ANTINUCLEAR. 

¡Viva Miguel!. Always.

Comentarios

Gonzalo Aróstegui Lasarte ha dicho que…
El otro día volví a escuchar el "Rocanrol Bumerang" que citas y la verdad es que sigue sonando muy bien. No está a la altura, desde luego, de obras maestras de 1980 como "Songs The Lord Taught Us", "Back In Black", "Ace Of Spades", "British Steel" o "Closer", pero no hay que negar su valor.

Un abrazo.
J Aybar ha dicho que…
Estoy de acuerdo. Lo de Miguel era mas dar a conocer y filtrar todas esas influencias de fuera a su propio estilo. Él ya era muy famoso desde lo del Himno a la Alegría y demás pero siempre tuvo el coraje de no encasillarse y coquetear con el rock andaluz, manejar influencias purpelianas o incluso del rock sinfonico. En los primeros ochenta, con la entrada de Salvador en su grupo también del metal ochentero mas clasico que le iba como anillo al dedo. Siempre creo que el rock patrio le debe mas reconocimiento ....