Sobre Resiliencia y Procrastinacion


En el ambiente de trabajo, el uso y abuso de estos dos términos llega a resultar aburrido. El procrastinador posterga trabajos o experiencias potencialmente desagradables y las sustituye por otras que le resultan mas fáciles o ligeras. El resiliente se adapta a los momentos difíciles, los enfrenta y es capaz de volver a una relativa normalidad. Parecen por tanto términos antagónicos. Las empresas prefieren al resiliente. Rechazan al procrastinador. El uno es identificado como valiente y adaptable. El segundo como falto de coraje y contemplativo incapaz de afrontar las cosas realmente importantes. Desafortunadamente, la vida no te ofrece siempre la opción de elegir. Las cosas vienen como vienen y por mucho que te empeñes en retrasar cosas que no te gusta afrontar, a veces las cosas simplemente caen encima tuyo. No tienes elección. A veces, ni siquiera te pasa a ti. Sólo eres el observador cercano de momentos para los que no existe fuga posible. Y, aunque tu puedes tratar de esconder tu cabeza debajo de la sábana y esperar a que escampe, no puedes evitar observar como la desgracia se ceba con alguien cercano. Ahí es cuando la resiliencia del otro se convierte en admiración profunda. ¿Cómo puede ser que ante esta situación reaccione como lo hace? - te preguntas. La vida esta llena de momentos y, aunque suene a abuelo cebolleta, sólo el tiempo es capaz de darte la auténtica dimensión de las personas. Incluso de aquellas que tienes siempre a tu lado. Y sí, admiras el valor y la capacidad de resistir, pero aún admiras más la capacidad de seguir manteniéndose positivo y dispuesto. Con la cabeza arriba. De extraer esas pocas gotas que tienen que ver con la positividad, la enseñanza, con la aceptación, con la capacidad de disfrutar sin importar lo que el futuro pueda deparar. Lo importante pasa a ser el hoy y el ahora. Y, es curioso también observar como esa capacidad se transmite al de enfrente. Como el que esperaba dedicar su tiempo a cuidados y atenciones se ve obligado a comportarse de una manera completamente habitual. Porque, si normales son las situaciones que se siguen viviendo, normales deben ser los comportamientos. No hay resquicios a la debilidad. Puede que algunos. Muy pocos. Lo demás es normalidad absoluta. Business as usual. Así que volviendo al título del post, puede que el resiliente sea el carácter apreciado en las empresas y puede que tengas muchos a tu alrededor. El diccionario dice que resiliencia es "capacidad de sobreponerse a momentos críticos y adaptarse luego de experimentar alguna situación inusual e inesperada. También indica volver a la normalidad. Resiliencia es un término que deriva del verbo en latín resilio, resilire, que significa "saltar hacia atrás, rebotar"". Aún así, puede que el más resiliente que vas a conocer en tu vida esté aún por descubrir. Ahora mismo sentado a tu lado viendo un documental del Serengueti. Es probable que tu no lo sepas aún. Yo si me he dado cuenta. Y hubiese preferido retrasar ese momento de descubrimiento. Ese desde el que sólo puedo rendirme a diario ante tanto coraje, fuerza y entereza. 

Comentarios