Lucifuge


Tarde en llegar a Danzig. Pero los 90 tenian esas cosas. Los músicos de aquella época tenían raíces. Cultura musical. Referencias. Pasión auténtica por lo que hacían. Seguramente eran fans antes que estrellas ... y en muchos casos no era una frase hecha. En el caso de Danzig. Soundgarden me trajo a Black Sabbath. Sabbath el interés por tipos como Danzig. Nunca he escuchado a Samhain y tampoco a los Misfits. Pero, hermano, cuando llegabas a este material la cabeza te daba vueltas durante una temporada. Recuerdo bajarme canciones de Glenn y sus secuaces el aquel antiguo Kazaa y llevarlas al trabajo como otros llevan a David Bisbal. ¡Que brutalidad!. ¡Que canciones!. La imagen me venía acompañando desde hacía años en el Popular 1. Difícil resultar más magnético. Pero es que la primera vez que los berridos de Glenn Danzig el atómico bajo de Eeire Von o la guitarra de John Christ te atravesaban ya no había vuelta atrás. La primera entrada fue Mother. Como para casi todo el mundo. Brutal temazo que tenía todos los ingredientes para ser, como fue, un single masivo. Pero es aqui en Lucifuge donde, atención, Tired of Being Alive, Long Way Back from Hell, Killer Wolf, 777 o I'm the One simplemente tu mundo dejaba de ser el mismo. Nadie cantaba como él, nadie mezclaba así el blues y el oscuro sonido Sabbath con la comercio/calidad que solo un privilegiado como Rick Rubin podia aportar. El disco es una jodida brutalidad. Al alcance de muy pocos. Una POM, REPOM y PORROMPOMPERO de una época que no volverá pero que algunos jamás nos cansaremos de reivindicar.

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