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The Detroit Cobras

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Eso del revival, mas que una moda, se ha convertido en un estilo en si mismo. Desde Nick Waterhouse a Eileen Jewel. Muchos buscan inspiracion en estilos y temas de los 50 y primeros 60. The Detroit Cobras fueron de los primeros. Les hemos dado un paseo a Mink Rat or Rabbit (1998) y Life Love and Leaving (2001) . Tras la triste desaparicion de Rachel Nagy andan un poco perdidos. Leo por ahi que las tareas vocales han caido en manos de esa bestia que es Marcus Durant. Será difícil que reverdezcan laureles. Y es que los Detroit Cobras y su giro hacia "the basics" fueron como un soplo de aire fresco en aquellos años en el que el grunge y la música independiente perecían sin remedio.  No es fácil diferenciar entre ambos discos. Yo al menos no soy capaz. Temas soul de toda la vida (sobre todo si has nacido en Detroit) pasados por un tamiz ramoniano y vueltos a la vida envueltos en el celofán del homenaje por y para fans. La ristra de nombres es un auténtico who is who del souol. I

Cream

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El primer super-grupo de la historia. Un trío de ases para la historia de la música que solo grabaran 4 discos y que rápidamente perecerán víctimas de sus propios egos y la velocidad propia de aquellos años. Estos dias hemos dado cancha a los dos primeros discos del grupo. Fresh Cream (1966) y Disraeli Gears (1967) . Fresh Cream es eso, básicamente fresco. El peso del grupo recae en Jack Bruce aunque la sombra de Clapton y de Baker es alargada. No parece que lograsen ponerse de acuerdo en la direccion que querían. Suena a todo y a nada a la vez. Hay temas que me recuerdan a los Kinks (Sweet Wine), blues por todos los lados (Sleepy Time Time, Spoonful, una loca Rollin' & Tumblin'), temas que resultan más representativos de su propios estilo (I'm so Glad, Toad) ... pero la verdad es que suena falto de unidad. Psicodelia acelerada, un ojo en Jimi Hendrix, momentos más calmados y muchísima influencia blues.  Disraeli Gears pasa por ser uno de los mejores discos de la histo

Jose Ignacio Lapido

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Bueno, pues 38.5º de fiebre tienen la culpa de que no hayamos visto a Lapido este viernes en Madrid. Algo realmente triste y no sólo por los dólares perdidos. Esperaba ese concierto con ganas. Soy lapidiano y lapidinista. Seguidor y fan. Desde tiempo inmemorial. Y si, soy tambien uno de esos que le llaman el maestro y que a veces se enzarzan dentro de sus letras tratando de ver a quien ha decidido hacer referencia con su arte esta vez.  No hay nada nuevo que yo pueda descubrir. Creo que Lapido se encuentra en un momento dulce de su carrera. Que musicalmente ha encontrado un sitio 100% propio y que con matices nuevos en cada disco, se aleja de lo acomodaticio.  En la lírica creo que también ha aprendido a contenerse un poco. Sigue siendo el rey en ese extraño arte de introducir expresiones comunes en letras complejas. Tampoco hay mucha gente por ahi que mencione a Anaximandro en sus conciertos. Eso no implica que necesariamente lo tengas que meter en tu próximo hit single, claro  😛 .

The Black Keys

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Demasiado crudos en sus inicios. Demasiado boggie-stoner-Tony-Manero-style en los tiempos presentes. Rubber Factory (2004) me parece su equilibrio perfecto. Le hemos estado dando una vuelta en los últimos días. Dan Auerbach es hoy un reputado productor, con una carrera en solitario y un sonido capaz de endurecerse o de hacerse extremadamente pop según le apetezca. Patrick Carney - que como todo el mundo sabe emparenta con Ralph Carney y con Tom Waits por ende - es un fantástico batería en la onda de Meg White y otros baterías de bandas minimalistas de principios de los 00s. ambos forman un dúo compensado. Purista en sus inicios. Mucho más ecléctico en tiempos actuales. Antes de ser criaturas reconocidas y famosas, grababan en su pueblo y tenían problemas para sacar sus discos adelante. Rubber Factory es su tercer elepé y factura ese equilibrio entre el arrastrado deep blues-rock sin concesiones que tanto parecía gustarles - When the lights go out, Grown so ugly, Aeroplane Blues, Till

The Jayhawks

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  Por supuesto y sin duda alguna, una de mis bandas favoritas de todos los tiempos. Le hemos dado cancha a los Jayhawks una vez más y para variar, nos hemos parado en algunos de esos discos modernos que a veces parecen no encajar so well: Paging Mr Proust (2016) y Mockingbird Time (2011) . También y para compensar también hemos dado una vuelta por Hollywood Town Hall (1992) . Vamos con ellos. Hollywood Town Hall es Jayhawks en su prime. Puede que la explosion definitiva viniese con Tomorrow the Green Grass, pero Hollywood obró el milagro de que una banda de Minnesota que mezclaba elegantemente las raíces del folk americano con accesibles melodias pop lo petase en plena era alternativa. Aqui en Espein la explosion tardó un poco, pero la banda se enamoró de nosotros y nosotros nos enamoramos de la banda. El dúo Louris - Olson aún se toleraba bien y gracias a ello manufacturó una obra de arte en temas como Crowded in the Wings, Waiting for the Sun, Settled down like rain o Nevada Califor

The Doors

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Mucha gente de mi generación identifica a The Doors con un momento muy concreto. Para aquellos que habitábamos el planeta tierra entre los ultimos 80 y los primeros 90, The Doors no hubiera sido sino un grupo mas entre los muchos padres primigenios del rock sino fuese porque Oliver Stone decidió hacer una película sobre ellos. El ruido mediático que siguió aquello fue agotador. Hace mucho que la ví. Recuerdo no salir muy contento ni con la pelicula ni con el casting elegido para acompañar a Val Kilmer. Recuerdo que hasta mi hermana pequeña sabía quien era Jim Morrison. Demasiado. Pero eso no viene al caso. Dejemos a Oliver y centrémonos en ellos. Hoy hablaremos de The Doors y, en especial,  de los dos primeros discos de la banda: The Doors (1967) y Strange Days (1967) . Lo de las fechas es especialmente importante aqui.  1967 es el año de Sgt Peppers Lonely Heart's Club Band. De The Piper at the Gates of Dawn. De Disraeli Gears o de The Velvet Underground and Nico. No estaba fácil

Gary Moore

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Desde luego Gary Moore no pasará a la historia por ser uno de los mas glamurosos músicos de su generación. Sin embargo, su ansia de reconocimiento, su fuerza y pasión a las seis cuerdas, le hacen acreedor de toda alabanza. Siempre digo que gracias a Gary y a Wild Frontier me enamoré del hard rock. Hoy le dado una vuelta a aquella época en la que decidió convertirse en una mezcla de Albert King, Alvin Lee y Eric Clapton. Still got the Blues (1990) , After Hours (1992) y el directo Blues Alive (1993). Debo reconocer que les perdí el cariño a estos discos hace tiempo. Quizá el Moore que hoy me apetece más no sea este. Tengo que reconocer, a pesar de ello, que el reencuentro ha sido bonito y que las ansias blueseras de Gary me han traído muy buenos recuerdos.  Puede que Blues Alive no sea el mejor directo ever. Reinterpretacion más o menos fiel de los discos anteriores con algun add-on como The Sky is Crying y Further up on the Road. Aun asi se deja escuchar. Mejor los discos de estudio d

Buckcherry

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  No Buckcherry no son la banda mas grande de el planeta. Le hubiese gustado a Josh Todd pero, pese a rozarlo con los dedos, quizá nacieron en el momento equivocado. Rescoldos tardíos del hard rock de Los Angeles han sabido adaptarse y navegar lo que les ha tocado. Hoy una banda muy distinta a la que empezo, parecida en su oferta musical. Le hemos dado cancha a su excelente debut Buckcherry (1999) y a su ultimo album Hellbound (2021) y las cosas parecen estar en su sitio. Mi primer recuerdod e Buckcherry es el de ver el video de Lit Up en una tele pequeña que habia en el cuarto de mis padres. Si, yo ya era perro viejo, pero esa tele tenía su encanto. Tipos gunsnrósicos en la era post-grunge. El disco funcionaba y aún lo hace. Canciones de hard rock de toda la vida en las que cocaina, mujeres, fiestas y sentidas baladas casi bonjovicas se dan cita. Todo el disco merece la pena. Buckcherry no eran ningun chiste y singles como la mencionada Lit Up convive con medios tiempos de pelo crepad

Josh Ritter

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Josh Ritter es un grande. Y la verdad es que no lo parece con ese halo de aparente normalidad que impregna todo lo que hace. Pero, tienes que ser grande para que Dylan haga una cover de una de tus canciones. Él lo ha conseguido. También, tienes que ser grande para colaborar con Bob Weir. Él también lo ha conseguido. Y, además, sus discos son una absoluta delicia para los corazones. Muy recomendables casi todos y plagados de buenas vibraciones, sonidos dulces e historias que contar. Le he estado dando una vuelta en el coche a Gathering (2017) y ya en casa al mini-CD Bringing in the Darlings (2012) junto al directo Acoustic Live (2014). Todos ellos recomendables por diferentes motivos.  Gathering porque tiene canciones perfectas como Showboat. Canciones extraordinarias como When Will I be Changed. También un bello final con Strangers. El directo, porque respira buen rollo por los siete costados. Es un falso acústico, pero a la vez una muestra del buen hacer de Josh. Clásicos anteriore

James McMurtry

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  Hoy vamos a hablar de James McMurtry. En concreto de su primer y ultimo disco. Too Long in the Wasteland (1989) y The Horses & the Hounds (2021). Con McMurtry estamos hablando de uno de los mejores esponentes del country rock americano. De una manera de entender eso muy cercana a John Mellencamp. También a Bob Dylan en ocasiones. Contador de historias nato. Sus discos estan llenos de historias de carretera, relaciones y lo que supongo deben ser historias típicas del deep-South. Si, en su haber, también se parece a Juan Tamariz, maestro de magos e ilusionistas. En Too Long in Wasteland es donde la influencia Mellencamp me parece mas evidente. Del Mellencamp que ya había salido. El de Uh-Huh por ejemplo. Y del Mellencamp por venir en Whenever we Wanted, por ejemplo. Musicalmente parece que Mike Wanchic, Toby Myers, Kenny Aronoff y los demas te van a salir por ahi en cualquier momento. El disco, en si, no tiene desperdicio. Todas, y digo todas, las canciones son magnificas. La pro