Clint Macho
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No puedo evitar ver esta pelicula como una especie de testamento. El de un señor muy mayor que se niega a cerrar el libro. Que se siente con cosas que decir aunque quizás ya no tenga la luz de antaño. Que se siento dueño de un lenguaje y de unos escenarios a los que le gusta volver una y otra vez. Le gusta el calor del sur. Le gusta defender dando un buen puñetazo. Sentirse el héroe. Bailar con esa mujer que aprecie su hombría de tipo con principios. Ese que lo mismo te defiende de los malos que te cura al perro o que te hace el desayuno. Es también inevitable observar como aquel héroe ahora arrastra los pies con esfuerzo. Aunque mantiene presencia, anda algo encorvado. Habla bajo. Se pone a si mismo y a su personaje en circunstancias dificilmente asumibles. Es, por eso, imposible no sentir cierta condescendencia. Cierta sensación de cálida aceptación que te ayuda a soslayar el hecho de que estás ante una película de digestión mediana. Muy lejos del tipo brillante de hace 10 o 20 años