Tenía la maldita entrada


Tenia la maldita entrada. La aguanté el primer año de pandemia. La vendí al segundo. No estaba la cosa como para conciertos de tres días. Perdí casi 100 euros en la jugada. Tasas, hotel, la culpa no es de la promotora, llama a los del hotel, son los gastos de gestión, el importe del concierto esta devuelto íntegramente ... fuck it!. El caso es que cuando salió el que ha sido definitivo cartel post-covid, no pude tener más envidia. No estamos muy concierteros últimamente. Y mira que han venido cosas interesantes. Los Cordovas. Los Sheepdogs. Pero en fin, no es el momento. Ahora veo los videos en el maldito Facebook. Herramienta del diablo que permite que todo el mundo te ponga los dientes largos con las cosas que hace y, si, me corroe la envidia. Viendo ese cartel de ahí arriba, sin duda hubiese matado por algunos. Afghan Whigs, Daniel Romano, Hiss Golden Messenger, Robyn Hitchcock, Drive-By Truckers, Michael Monroe, Patti Smith o Social Distortion. A algunos los he visto en el pasado. A otros nunca en la vida. Otros por simple curiosidad. La usual mezcla de clasicos imperecederos y estrellas emergentes que pueblan entradas de blog y posts del facebook. Es lo bueno del Azkena. Aunque de pereza el calor y el viaje y la pasta y la masa y los cincuenta tacos. Si hay que elegir uno. Hay que elegir este.

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